El año 2007 no empezó bien para José María. En la primera fecha del Torneo Clausura de ese año, se registraron incidentes en los quinchos externos del Club.
Como todos los partidos de local, la hinchada se reunía en los quinchos de River Plate. El 11 de febrero Alan llegó y le pidió a todos los pibes que hicieran una ronda y lo invitó a pelear mano a mano a Adrián Rousseau.
Ese había sido el límite de la paciencia del mayor de los Schlenker. El 2006 había sido un año de mucha fricción y discusiones. Aunque nadie lo dijera en voz alta, era muy evidente que Rousseau se había vendido al presidente del Club, había dejado de actuar como líder de Los Borrachos del Tablón para pasar a ser el brazo armado de Aguilar.
Alan le recriminaba la pinchadura de los neumáticos de los jugadores, que estaban reclamando al presidente el pago de sueldos adeudados. También le recriminaba Alan a Rousseau la irrupción de éste último en una reunión de comisión directiva, vestido con una imponente musculosa, acompañado por los aguilaristas Diego Rodríguez y Luis Mazulla, con el único fin de amedrentar a los dirigentes opositores y que se concretara la venta de porcentajes de varios juveniles, incluido Gonzalo Higuaín.
Otro asunto que le quitaba el sueño a Alan Schlenker eran los reiterados incidentes judiciales en los que caía él, con soledad. Como el día que le aplicaron derecho de admisión en Avellaneda, frente a todas las cámaras de televisión, mientras que a Rousseau le abrieron el camino lo más campante, etc.
Para tragedia del oficialismo, todos los testigos coincidieron en que el vencedor de la pelea de los quinchos fue Alan que, incluso Rousseau terminó en el suelo y, como consecuencia de esa derrota dejó de asistir a los estadios de fútbol.
Para concluir con el relato de los quinchos, es necesario agregar que Cuca, Rubencito y Toddy que eran afines a los de Palermo, pasaban mucho tiempo en el Club con los barras empleados. En uno de esos encuentros habían escuchado que Rousseau y los doce barras empleados, querían echar a la Banda de Palermo en la primera fecha…
En el juicio de Acro, Caverna Godoy declaró que Cuca había exagerado un comentario que ellos hicieron y que se lo había transmitido a los de Palermo. Eso explica por qué, luego de la pelea entre Alan y Adrián, los de Palermo desafiaron a tiros a los del Club.
Ese 11 de febrero de 2007, la mejor barra de todos los tiempos se fragmentó en mil pedazos y dejó de existir para siempre…
Rousseau, los del Club, los de Hurlingam, el Colimba y varios más leales a Aguilar dejaron de ir a la cancha. Por su parte Alan, los de Zona Norte, los del Oeste, los de Palermo y muchos otros siguieron yendo a la tribuna.
A partir de allí, inició la interna más feroz entre Alan Schlenker y José María Aguilar. Éste último era insultado por la tribuna durante los partidos y, una vez finalizado el mismo, muchos barras y socios se concentraban en el Hall del Monumental exigiendo la renuncia del presidente. (Y hoy sabemos que fue el peor presidente de la historia de nuestra institución).
JM estaba furioso, los domingos por la noche, se abría el handy Nextel de Alan y se producía el siguiente diálogo:
- Andate a la mierda!!!
- ¿Quién habla?
- José !!!
Pronto la situación iba a empeorar aún más. El 15 de abril de ese trágico 2007 se jugó el Boca – River en la bombonera y Alan decidió redoblar la apuesta. Ante la grave situación institucional del Club, se le pidió a los hinchas que no colgaran sus estandartes y se exhibió, en el medio de la popular visitante una única bandera con la leyenda “AGUILAR CHORRO”.
Según declaró Alan Schlenker al diario Olé, porque “era la bandera que más representaba el sentir del hicha riverplatense”.
La citada bandera desató la ira del abogado que presidía River y éste no disimuló su rabia cuando afirmó en el diario Clarín: “No vamos a dejarnos vencer por un grupo de imbéciles” “Ninguna autoridad se atrevió el domingo a ir a sacar esa bandera (en referencia a la que lo acusaba de chorro) y a poner las que la gente quería poner” “La popular de River hoy está manejada por 50 vándalos y es tierra de nadie” (Rousseau y los doce (12) empleados que cobraban sueldo de diputado y figuraban como personal de maestranza habían dejado de ir)
Y finalmente sentenció “Pero esperamos que alguien actúe de una buena vez. No puede ser que la barra indique qué es lo que hay que hacer y qué no, y que la policía mire.”
Así las cosas, tan solo 20 dias despues de la bandera » Aguilar chorro», el 6 de mayo de 2007, con ZONA LIBERADA por la policía y la dirigencia, con las cámaras de seguridad de River apuntando al cielo, se produjo la emboscada más sangrienta de la historia de la institución, Cuando la barra oficial de Aguilar, arremetió a tiros y cuchillazos en el Playón de River, para intentar recobrar el poder.
Les salió pésimo. Dos menores de edad inocentes resultaron baleados, al menos otras cinco personas fueron apuñaladas, entre los que estaba Urko Berón de Palermo, quién fue internado de urgencia en el hospital Pirovano. Según se acreditó en el juicio, Gonzalo Acro le había cortado el cuello a Berón y éste se salvó de milagro. - ver el Ataque del Playon en el siguiente enlace : https://youtu.be/5BTTJckXHig?si=js4WQPGQmJZmwhVm
Ellos creían que podrían ocultar lo sucedido, pero la situación de los aguilaristas se complicó cuando apareció una filmación de la salvaje agresión. Incluso se logró comprobar que en la emboscada se utilizó una camioneta del Registro Nacional de las Personas (el RENAPER que dependía de Aníbal Fernández, en el cuál trabajaban Carlos “el Negro” López y otros barras que respondían a Rousseau.) El Negro debió profugarse varios años para eludir la acción de la justicia. El Ataque del Playón solo les causaba más problemas. Todos los barras empleados fueron echados del Club y también se les aplicó el derecho de admisión. Por otra parte, ante lo evidente de las filmaciones, la justicia debía actuar y la causa empezó a avanzar. Estaban cada vez más excluidos…
Hasta que un tiempo después, los de Palermo se cobraron venganza atacando a Gonzalo Acro, por haber herido de gravedad al Urko (compadre del “colo” Luna, quién resultó, nada menos, ser el asesino confeso de Acro).
Aguilar y Rousseau no dejaron pasar la oportunidad. Al poco tiempo un juez ordenó la detención de 17 personas. Por cierto, los cuatro agresores de Gonzalo, pero además trece individuos que no tenían ningún vínculo con el crimen, como los hermanos Alan y William Schlenker, Balá, Rocky, el Gato y tantos otros.
De esta manera desmantelaron a la barra opositora y recobraron el poder de la tribuna y del Club. Lo que siguió ya lo sabemos, River se fue al descenso y los hermanos Schlenker terminaron condenados a prisión perpetua sin una sola prueba en su contra.
Es una historia real.
LBT
