Libertad vs River y la batalla en el Defensores del Chaco.

El 19 de julio de 2006 Los Borrachos del Tablón estábamos recién llegados del Mundial de Alemania, ya que en ese entonces nos habíamos erigido como la barra de la selección Argentina.
Debimos organizar con rapidez el viaje a Asunción, ya que River debía enfrentar a Libertad de Paraguay en los cuartos de final de aquella Copa Libertadores.

Para dicho país partimos una caravana conformada por la barra, las agrupaciones y la gente, que constaba de 15 micros doble piso.

Cerca del estadio nos comenzaron a escoltar unos policías motorizados que nos obligaron a seguirlos.
Faltando unas dos cuadras, Alan y Adrián desconfiaron del trayecto impuesto y detuvieron los micros en una esquina. Bajando de los mismos para cerciorarse del ingreso visitante.

Hicieron bien en dudar, cuando regresaron caminando les comunicaron al resto que si seguían avanzando por esa calle terminarían en el ingreso de la popular local…

Los micros habían quedado “atrapados” en una zona de calles angostas y para colmo, había autos estacionados en las dos manos, lo que no dejaba margen de maniobra.
Para poder hacer doblar a la “derecha” a los micros, hubo que improvisar una maniobra de fuerza.
Rodeábamos cada auto y a la cuenta de tres lo levantábamos y corríamos hacia un costado, lateralmente, hasta depositarlo arriba de la vereda.
“Uno, dos, tres, arriba”. Debimos repetirlo con varios automóviles en las adyacencias de la esquina y así despejar la calle para que nuestros micros cambiaran el rumbo. Los esmerados choferes daban marcha atrás y adelante repetidas veces hasta que pudieron doblar.

Hubo que repetir el procedimiento en otra esquina para doblar a la “izquierda” y así poder arribar al sector visitante.

La primera emboscada había sido sorteada. Pero faltaba mucho más.

Al ubicarnos en la tribuna visitante, que ocupaba todo el lateral de la cancha, recibimos piedrazos que provenían desde nuestra izquierda, donde estaba la barra de Libertad, detrás de un arco.

En el segundo tiempo, la situación no daba para más. Y en un momento pasó por delante nuestro un padre, que se dirigía a la boca de salida, con su hijo de unos 10-12 años, a quien le sujetaba la cabeza con un pañuelo todo ensangrentado. El niño había recibido un piedrazo.

Nos hirvió la sangre con esa escena y para colmo en ese mismo momento un cuerpo de infantería ingresó en nuestra tribuna para reprimirnos a los visitantes. Cuando los que arrojaban proyectiles eran los locales.

No hizo falta más, para arremeter contra la policía, a trompadas y cinturonazos. Logramos llevarlos contra la reja que delimitaba la popular y luego les dimos espacio para que abandonen nuestra tribuna.

Este episodio quedó filmado y fue una vergüenza para la policía de Paraguay que, a la salida, sin cámaras de televisión, se cobró venganza disparándonos con balas de plomo.

Además le permitieron a los locales que llegaran hasta nuestros micros. Cuando llegamos a ellos, ya estaban destrozados y habían sustraído bolsos, mochilas y demás pertenencias de la gente.

Pese a estar con los vidrios rotos, hicimos subir a la gente para resguardarse arriba de los micros. Mientras Los Borrachos del Tablón íbamos caminando adelante y abriendo el paso en esa oscura noche paraguaya.

Fue así como logramos salir del Defensores del Chaco para dirigirnos al lujoso hotel Sheraton, donde se alojaba el plantel de River.

En el lobby del hotel se improvisó un “hospital de campaña” gracias a la ayuda del cuerpo médico del club, que atendió y suturó a los heridos durante varias horas.

Mientras tanto, afuera del hotel reparábamos los micros colocando plásticos con cinta gruesa transparente, para suplantar a los parabrisas que ya no estaban, y poder regresar a Buenos Aires.

Cómo saldo de la batalla quedaron decenas de heridos y dos hospitalizados graves. El Uruguayo y Martín de Soldati. El primero recibió un disparo en el abdomen y el segundo tenía una fractura de tibia y peroné, producto de una bala 9 mm de la policía que le atravesó la pierna de lado a lado.

Ellos volvieron dos días después en un vuelo de línea, junto con Alan Schlenker que se había quedado a acompañarlos.

Esa trágica noche, River perdió y quedó eliminado de la Copa. Ahora bien, todo lo que sucedió, no tuvo ninguna relación con el resultado del partido. Aunque los medios hayan dicho lo contrario.

Es una historia real.

LBT.

LBT a trompadas y cinturonazos contra la policia paraguaya.

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